martes, 6 de septiembre de 2011

Un avión se cayó al mar, no paramos de llorar…



El mes de los anticuchos,
de empanadas y de chicha
ha empezado con desdicha,
estamos sufriendo mucho.
Contra la tristeza lucho,
que invade el cuerpo y la mente,
el dolor se hace patente
y nos duele el corazón,
porque ha caído un avión
y no hubo sobrevivientes.



Nuevamente Juan Fernández
se transforma en escenario
de un sorpresivo calvario
que nuestra tristeza expande.
Fue una tragedia muy grande
cuando el avión golpeó el agua,
con lo ocurrido se apaga
allá en el fondo del mar
la gran carrera sin par
de Felipe Camiroaga.



Televisión Nacional
perdió otras cuatro personas
que viajaban a la zona,
eran de su matinal.
La desazón fue total,
también murió el navegante
que había puesto por delante
la obra reconstructora,
Cubillos descansa ahora,
terminó su vida errante.



La tragedia fue muy dura
para la FACH por sus muertos,
fue tremendo este tormento,
para este dolor no hay cura.
El Consejo de Cultura.
sufrió también la partida
de dos mujeres que en vida
hicieron bonitas cosas.
Se llevó gente valiosa
el avión en su caída.