Los azules en la cancha
tenían una misión
jugar con gran convicción
y arrasar como avalancha.
Se movieron a sus anchas,
poniendo sus corazones,
al final los once leones
sentenciaron la condena.
Y Eustaquio mermó sus penas
gritando aquellos tres goles.
tenían una misión
jugar con gran convicción
y arrasar como avalancha.
Se movieron a sus anchas,
poniendo sus corazones,
al final los once leones
sentenciaron la condena.
Y Eustaquio mermó sus penas
gritando aquellos tres goles.